Revista
El propósito de la presente publicación es discutir, a partir de conceptos publicados por otros autores y propios, el rol de la endodoncia y la implantología en el tratamiento odontológico. El tratamiento endodóntico puede ser considerado en la actualidad un tratamiento preventivo, en la medida que evita la extracción dentaria. El hueso perirradicular es periodonto dependiente, por lo cual es importante conservar el tejido periodontal circundante a fin de mantener el hueso en su nivel normal. En la medida que se extrae la pieza dentaria y con ella el periodonto que la rodea, el hueso tiende a la reabsorción. Diversas publicaciones aceptan la pérdida ósea como resultado de la extracción y la instalación de implantes; en tanto el tratamiento endodóntico procura mantener o recuperar la integridad periodontal a fin de preservar la estructura ósea perirradicular.
Autor: Prof. Dr. Fernando Goldberg
La Comisión Europea del Comité Consultivo de Formación de Odontólogos señala, en el año 2004, la necesidad de formar odontólogos competentes para seleccionar y priorizar las opciones de tratamiento que sean específicas a las necesidades individuales de cada paciente, compatibles con la terapia contemporánea y congruentes con una filosofía de cuidado integral oral.
En estos últimos años, la permanencia del órgano dental está siendo desvalorizada a fin de ser reemplazado por el implante dental. Ese cambio profesional es avalado y presionado por la industria comprometida económicamente con este proyecto comercial. Hoffman (1) señala que de acuerdo a The Worldwide Dental Implant and Bone Graft Market , 2nd Edition año 2007, la venta de implantes dentales y accesorios fue en el año 2006 un 15% mayor, alcanzando aproximadamente los 2 billones de dólares. La previsión para el año 2012 fue de 4.5 billones. Hoy en el año 2019, la cifra invertida por las industrias de implantes dentales superan sin lugar a dudas las del campo endodóntico.
Así como todos los humanos valoramos nuestros órganos constitutivos, es extraño que no ocurra lo mismo con el órgano dental.
Debemos asumir que se denomina órgano dental porque juega un rol importante con el resto del organismo. La extracción dental, flagelo de épocas pasadas, lleva consigo la pérdida de hueso inmediata o tardía y con ello cambios estéticos y funcionales.
En tanto el éxito endodóntico requiere de ausencia de sintomatología objetiva y subjetiva, integridad de la cortical ósea y del espacio periodontal y normalidad del tejido esponjoso perirradicular, la implantología se aferra al término sobrevida, aceptando con ello condiciones muy variables. De hecho, la implantología, de acuerdo al Congreso Internacional de Implantólogos Orales, en las Conferencias de Consenso realizadas en Pisa, Italia en el año 2007 (2), aprueba cuatro categorías para determinar la escala de salud de los implantes. Ellas son: Éxito, Sobrevida satisfactoria, Sobrevida comprometida y Fracaso. Si tomamos en cuenta el estado del implante en la sobrevida satisfactoria, estaría permitida una pérdida ósea de 2 a 4 mm; si consideramos la sobrevida comprometida, la pérdida ósea puede ser de más de 4 mm y la profundidad de la bolsa periodontal mayor a 7 mm con posibles antecedentes de exudado. Estas dos últimas condiciones ya hablan de un proyecto de fracaso futuro.
El propósito de la presente publicación es discutir, a partir de conceptos publicados por otros autores y propios, el rol de la endodoncia y la implantología en el tratamiento odontológico.
Ruskin et al. (3) destacan que es posible considerar la extracción anticipada de un órgano dental y su substitución por un implante como una opción más favorable cuando se la compara con la mayoría de los dientes tratados endodonticamente.
Asimismo, en una entrevista realizada al Dr. Jaime L. Lozada, publicada en la Revista Dental Tribune Hispanic and Latin American Edition 2011 (4) se manifiesta, “La implantología es la forma de tratamiento más predecible en Odontología. Supera a muchos tratamientos convencionales que intentan salvar dientes comprometidos”. No puedo negar que me sorprendieron esas apreciaciones. Sin ser muy profundo y perspicaz creo que “muchos tratamientos convencionales” tiene una clara referencia a la Endodoncia.
Por el contrario, coincidimos con Giannobile y Lang (5) quienes enfatizan que dientes tratados con compromiso periodontal o endodóntico pueden tener una longevidad que sobrepasa por lejos la del promedio de los implantes.
Es interesante puntualizar, como advierte Tarnow (6), que se estima que 1.000.000 de implantes fueron colocados en el mundo durante el año 2015, y si el 10% de ellos tuviesen algún problema, 100.000 pacientes necesitarán de la atención odontológica.
Derks et al. (7) señalan que debido al incremento del número de implantes instalados, la peri implantitis es considerada a ser el mayor y creciente problema de la odontología. Estos autores destacan que de una población de 588 pacientes tomados al azar, con implantes instalados hacía 9 años, un 45% presentaban peri implantitis, 14.5% de ellos con un estado moderado o severo de la afección. En relación a la peri implantitis, Heitz-Mayfield LJA et al. (8) resaltan que a pesar de realizarse procedimientos no quirúrgicos y quirúrgicos para el tratamiento de la peri implantitis, no hay en la actualidad un tratamiento establecido específico contra dicha patología. Roos-Jansaker et al. (9) observaron después de 10 años de instalados los implantes, que sin una terapia sistemática de mantenimiento, la lesión peri implantar es una entidad clínica frecuente. Teniendo en cuenta estos resultados, se hace imprescindible al momento de decidir entre un tratamiento endodóntico y la reconstrucción respectiva o un implante dental, considerar la edad del paciente y la ubicación en la arcada de la pieza dentaria en cuestión. En pacientes jóvenes, 10 años tienen una consideración distinta que en pacientes adultos y defectos estéticos en el sector anterior son más graves y evidentes que en el sector posterior.
En tanto numerosas publicaciones en implantología se refieren a un 95% o más de éxito y/o sobrevida, Setzer y Kim (10) manifiestan que esta información está basada en datos erróneos y puede estar exagerada.
Brocard D, et al. (11) observaron en un estudio sobre 1022 implantes dentales a los 6-7 años de control, quela tasa de sobrevida acumulativa fue del 92.2%; en tanto la tasa de éxito acumulativa fue del 83.4%. Así mismo, estos autores detectaron que en el lapso de control de 4-5 años a 6-7 años la caía de la tasa acumulativa de sobrevida fue del 3.2%; mientras que la de éxito representó el 10.3%.
En igual sentido, Degidi M, et al. (12) evaluaron 210 implantes con carga inmediata. De ellos, 47 no pudieron ser valorados por ausencia de los pacientes y 163 pudieron ser controlados por un plazo de 10 años. De acuerdo el criterio del Consenso de Pisa del Congreso Internacional de Implantólogos Orales del 2007 (2), 57 de esos implantes correspondieron a la tasa acumulativa de éxitos, 88 a la de sobrevida satisfactoria, 13 a la de sobrevida comprometida y 5 resultaron fracasos.
En lo que respecta a la realización de un procedimiento y tratamiento endodóntico correcto, un gran número de estudios responsables publicados en revistas de alto impacto señalan un porcentaje de éxito que ronda el 85% al 90% aproximadamente, dependiendo que la patología sea solo pulpar o haya un compromiso perirradicular o retratamiento ortógrado o quirúrgico. (13-19) (Figuras 1, 2, 3, 4). En tanto, si se considera el concepto de sobrevida o retención funcional, ese porcentaje alcanza el 95% (20) (Figura 5).
En variadas situaciones clínicas, el control posoperatorio radiográfico a distancia y aun el CTBC del tratamiento endodóntico realizado muestran todavía un área radiolúcida persistente perirradicular asintomática, que es diagnosticada erróneamente como un fracaso endodóntico. Este error se debe en general a dos situaciones:
A la luz de las diferentes investigaciones y de la experiencia personal, el mantenimiento del órgano dental favorece la preservación del hueso perirradicular y del borde gingival marginal, asegurando el valor estético y funcional de las piezas dentarias.
También puede consultar el número 43 de DM-El Dentista Moderno.
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El evento, que se celebra del 6 al 8 de marzo, ofrecerá a los participantes información y formación actualizada sobre aspectos fundamentales en la práctica clínica, necesarios para estar al día sobre los retos y avances en Periodoncia y Terapia de Implantes.
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