Revista
DM.- Como especialista en Implantología Avanzada, ¿cómo considera usted que se pueden maximizar los resultados de la implantología en el sector estético a través de la tecnología digital disponible en la actualidad?
Dr. Juan Mesquida (Dr. J.M.).- La implantología estética requiere un análisis en profundidad de lo que son las características intrínsecas del paciente (disponibilidad ósea, arquitectura ósea, disponibilidad de encía –tanto queratinización como volumen–) y la tecnología digital nos permite evaluar mejor y de forma más precisa todas esas variables y, sobre todo, mejorar en la ejecución de los tratamientos.
Hay una publicación de un grupo australiano que investiga casos de implantes colocados en el sector anterior y que nos dice que en aquellos casos en los que los implantes están mal posicionados hacia vestibular, la incidencia de recesiones, incluso a corto plazo, es muy alta. Por tanto, podemos decir que está demostrado que el mayor factor que puede afectar a la pérdida de tejido en implantes anteriores es el mal posicionamiento de los implantes. La cirugía guiada, uno de los “brazos” de la tecnología digital actual, permite eliminar el factor error humano y eso nos estandariza a todos y nos permite proporcionar tratamientos más predecibles y, a la vez, reducir el estrés del clínico en el momento de ejecutar el tratamiento porque todo está mucho más dirigido previamente.
Gracias a las nuevas tecnologías, trabajamos más en la planificación para trabajar menos durante la ejecución.
DM.-¿Cuándo fue realmente consciente de la digitalización de la odontología? Y, en concreto, ¿qué fue lo primero que introdujo en su práctica diaria?
Dr. J.M.- En torno a 2005-2006 comienzo con implantología y en esa época el gran caballo de batalla de esta especialidad era el ajuste pasivo, es decir, que las prótesis ajustaran bien. Es en ese momento cuando se empieza a incorporar la tecnología CAD/CAM a los laboratorios y se empiezan a fresar barras, lo que implica menos posibilidad de distorsión; y a partir de ahí empieza todo lo digital.
La tecnología digital nos permite evaluar mejor y de forma más precisa todas las características intrínsecas del paciente y, sobre todo, mejorar en la ejecución de los tratamientos
Simultáneamente, en esa época se empieza a utilizar la tecnología Cone Beam, la imagen CBCT (Cone Beam Computed Tomography), para también el diagnóstico de los pacientes; ésta es la primera percepción real que tengo yo de la digitalización en el sector dental. A partir de ahí, de poder escanear los modelos y poder capturar un modelo tridimensional del paciente, podemos superponer estructuras; y es aquí donde comienza el camino de la cirugía guiada.
Por ejemplo, NobelGuide, que fue el primer software de cirugía guiada que yo utilicé, nació en el año 2005.
Por tanto, la digitalización de la odontología nace de superponer la tecnología Cone Beam con los escaneados de laboratorio y poder, en base a la posición de los futuros dientes, planificar –previamente a la colocación de los implantes– la colocación ideal de esa fijación.
DM.- Actualmente, la digitalización de la clínica dental es una realidad. ¿Cuáles son las ventajas que ofrece la clínica digital al clínico y a sus pacientes?
Dr. J.M.- La principal ventaja desde el punto de vista del clínico es el hecho de eliminar el error humano, ya que se elimina a todos los niveles: la toma de impresiones con el escáner es más reproducible a la hora de generar modelos que una impresión y ofrece un menor margen de error en general; la radiografía digital beneficia a nuestros pacientes y los clínicos tanto por la inmediatez de los resultados como por la menor radiación necesaria; y, por supuesto, el confort de los pacientes. A día de hoy, la digitalización y el hecho de poder colocar implantes de cirugía guiada implica que, en muchos casos, no necesitamos ni siquiera abrir colgajo, podemos evitar generar incisiones con un postoperatorio muy favorable para los pacientes.
La digitalización de la odontología nace de superponer la tecnología Cone Beam con los escaneados de laboratorio y poder, en base a la posición de los futuros dientes, planificar –previamente a la colocación de los implantes– la colocación ideal de esa fijación
Además, debemos recordar que hace unos años uno de los miedos más habituales entre los pacientes, en casos de prótesis y rehabilitación, tenía que ver con la toma de impresiones ya que muchos de ellos tenían auténtica fobia a este proceso. Ahora, gracias al escáner intraoral, podemos tratar a un abanico de pacientes que antes no podíamos tratar porque se mostraban reacios a acudir al odontólogo por el miedo a la toma de impresiones.
En líneas generales, la digitalización nos permite reducir el margen de error.
DM.- ¿Cómo responden los pacientes a toda esta tecnología en su clínica? ¿Qué ventajas les aporta?
Dr. J.M.- Principalmente hay tres factores dentro de la digitalización. En primer lugar, está el factor WOW, que es el factor de marketing para la clínica, ya que el paso de una clínica analógica a una clínica digital refleja que el profesional responsable de esa clínica ha realizado una inversión muy importante pensando en el beneficio de sus pacientes y eso genera un efecto WOW. El segundo factor es la comodidad para los pacientes al reducir la morbilidad en los procedimientos quirúrgicos, aumentar la precisión de los procedimientos quirúrgicos y reducir las impresiones.
Y, por último, un tercer factor también importante es el transporte de productos sanitarios. La digitalización nos permite enviar (y recibir) al laboratorio sin necesidad de tener que enviar modelos físicos, lo que evita errores en la logística de los trabajos.
DM.- La cirugía navegada es una tecnología bastante nueva en la odontología. ¿Cómo la está utilizando en la clínica y cómo se decide por el tratamiento con guía quirúrgica o navegación?
Dr. J.M.- En cuanto a mi práctica clínica, utilizo la cirugía navegada en prácticamente todos los casos. Si analizamos la precisión, comparando la cirugía dinámica con la cirugía estática, no hay mucha diferencia si ambas están bien ejecutadas. El problema es que una férula de cirugía estática necesita un proceso de fabricación y todo proceso de fabricación genera un error inherente, es decir, si una de cada mil férulas no está fabricada de forma correcta, ese paciente va a tener una distorsión porque no se va a poder colocar de la forma en que se había planificado. La cirugía dinámica tiene una gran ventaja puesto que no es necesario fabricar ningún dispositivo que utilizar a la hora de fresar (fresamos a mano alzada), no necesito ningún tipo de ajuste sobre el paciente porque lo tengo digitalizado.
Por otro lado, al comparar la cirugía dinámica con la estática no se suele hablar del hecho de que cuando fresamos a través de férula de cirugía estática, perdemos percepción de la densidad del hueso con el que estamos trabajando y eso, a veces, ha derivado en problemas de estabilidad primaria. Pero esto con la cirugía navegada no pasa.
A día de hoy, sigo haciendo algún caso con cirugía estática por temas de investigación, pero en el resto de casos opto siempre por la cirugía dinámica por las ventajas que conlleva a todos los niveles.
DM.- ¿Cómo ayudan las herramientas digitales al profesional en el flujo digital de su clínica? En líneas generales, ¿qué herramientas digitales son esenciales para ayudar al clínico a ofrecer flujos de trabajo digitales?
Dr. J.M.- Esencialmente una clínica digitalizada no necesariamente requiere ya una parte donde tengamos que positivizar modelos, ayuda al clínico a eliminar todo el trabajo engorroso de laboratorio, ayuda a agilizar los procesos de envío y recepción de los propios tratamientos mejorando la logística y, sobre todo, ayuda al clínico que a lo mejor tiene un target de pacientes con una capacidad económica reducida a democratizar el acceso a unos tratamientos de mayor calidad a un precio menor. Hoy en día se puede ofrecer la misma calidad de tratamiento de forma reproducible.
En líneas generales, la digitalización nos permite reducir el margen de error
Respecto a las herramientas digitales, en líneas generales contamos con una serie de herramientas necesarias para una digitalización real que nos permita tratar todas las situaciones clínicas: tecnología Cone Beam (CBCT), escáner intraoral, fotogrametría para casos de edéntulos completos y la implementación de la fotografía digital dentro del diagnóstico (especialmente en casos en que hablamos del sector estético, donde es muy importante realizar una planificación basada en la estética facial del paciente, incluso contar con visualizaciones de los resultados en el paciente antes de iniciar el tratamiento, ayudándonos así a controlar las expectativas del paciente y saber hasta dónde podemos llegar).
DM.- Hablemos del futuro de las clínicas con las nuevas tecnologías y soluciones de vanguardia. ¿Hacia dónde se dirigen las tendencias en el camino de la digitalización de las clínicas y sus profesionales?
Dr. J.M.- La fotogrametría como herramienta necesaria para poder restaurar edéntulos completos con prótesis implantosoportada no está lo suficientemente implementada en el mercado. La fotogrametría tiene que reducir sus precios para poder llegar a todo el mundo, al igual que los escáneres intraorales, pues se trata todavía de productos muy caros y complicados para un profesional joven que está empezando y quiere montar su propia clínica digitalizada.
En definitiva, estamos en una fase en la que tenemos que afinar los protocolos digitales, pero las herramientas digitales ya las tenemos a nuestra disposición. No obstante, creo que también hay que mejorar los componentes protéticos sobre implantes (en muchos casos, necesitamos personalizar esos componentes para tener unas interfaces más ajustadas a nuestros pacientes).
DM.- Desde que se graduó en 2005 ha estado comprometido en el desarrollo y la investigación en el campo de la Implantología, siendo premiado en múltiples ocasiones por sus investigaciones. ¿En qué investigaciones está inmerso en estos momentos?
Dr. J.M.- En 2021, junto con dos clínicos norteamericanos, el Dr. Matthew J. Fien y el Dr. Israel Peterman, y un clínico español, el Dr. Ignacio Ginebreda, creamos Indent Research (International Dental Research), una empresa de investigación privada con la que intentamos generar investigación privada independiente. Los cuatro somos clínicos que trabajamos con diferentes empresas y para mantener nuestra independencia hemos querido formar un grupo ajeno a la industria y con proyectos muy interesantes. En concreto, estamos haciendo muchos estudios sobre la zona del maxilar inferior en implantología estética, ya que la mayor parte de los estudios realizados en implantología estética son sobre el maxilar superior, y lo que estamos viendo es que los resultados de los estudios sobre el maxilar superior no son extrapolables al maxilar inferior. También estamos investigando en sustitutos, tanto de injertos de tejido blando como de injertos de hueso, con el objetivo de reducir la morbilidad de nuestros pacientes. Asimismo, estamos trabajando en la investigación de la mucointegración.
Todas estas investigaciones son una parte importante y necesaria de mi trabajo para poder aprender cosas que a día de hoy todavía no están evidenciadas.
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