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Más 8 millones de personas mueren a causa del tabaco en el mundo al año. De esa cifra, 7 millones se deben al consumo directo de tabaco, mientras que cerca de 1,2 millones de las muertes son debidas a la exposición al humo. En el Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo, el Consejo General de Dentistas recuerda los principales efectos que tiene el tabaco en nuestra salud oral.
Según los datos de 2020 de la Encuesta Europea de Salud en España (EESE), el 19,8% de la población mayor de 15 años fuma a diario, el 2,3% es fumador ocasional y el 22% es exfumador. Estos datos mantienen la tendencia decreciente del número de fumadores de los últimos años. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en el informe sobre las tendencias de la prevalencia del consumo de tabaco en 2000-2025, una reducción del consumo de tabaco a nivel mundial del 23% para 2025.
A pesar de los datos positivos en el descenso de fumadores, el pasado año fallecieron en nuestro país a causa del tabaco 50.000 personas y más de 8 millones en todo el mundo.
Cada año se producen entre 300.000 y 700.000 nuevos casos de cáncer oral en el mundo. En concreto, en España se diagnostican 7.000 casos de cáncer oral cada año y mueren 1.500 personas por esta causa.
Asimismo, las personas expuestas al humo del tabaco tienen un 51% más de riesgo de desarrollar cáncer oral, según un estudio publicado en el British Medical Journal.
Además de la predisposición al cáncer oral, el tabaco provoca otra serie de efectos negativos en nuestra salud bucodental:
- Manchas: El tabaco tiñe los dientes, provoca manchas en las encías e incluso en las prótesis de las personas que fuman.- Provoca halitosis. El tabaco altera la flora bacteriana oral, dando lugar al mal aliento del fumador que, en la mayoría de los casos, no lo detecta debido a que sus mucosas están acostumbradas a él.
- Causa enfermedad periodontal: El tabaco está asociado a enfermedades en las encías y problemas periodontales, aumentando hasta 7 veces el riesgo de padecer enfermedad periodontal.
- Disminuye la percepción de los sabores y los olores: Una vez que cesa el consumo de tabaco se recobra paulatinamente.
- Retrasa la cicatrización de las heridas en la boca: El tabaco favorece las infecciones, provocando que no llegue el oxígeno a los tejidos, dificultando la cicatrización.
- Provoca el fracaso de los implantes: El tabaco puede provocar inflamación en los tejidos que rodean el implante, condicionando su duración.
- Altera la composición de la saliva. Destruye las moléculas protectoras de la saliva y facilita que las partículas de comida o bebida permanezcan en la boca, lo que puede provocar problemas bucodentales.
- Predispone a la infección por hongos. Los componentes del tabaco alteran la microflora oral, provocando la aparición de hongos.
El presidente del Consejo General de Dentistas, el Dr. Óscar Castro Reino, recuerda que “el tabaco es uno de los principales factores de riesgo de varios cánceres, entre ellos el cáncer oral. De hecho 3 de cada 4 cánceres orales se deben al consumo de tabaco. Desde la consulta del dentista, velamos por la salud general de nuestros pacientes y ayudarles a dejar de fumar es una de nuestras obligaciones”.
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El estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid puede tener aplicaciones clínicas en el diagnóstico y tratamiento de patologías del cuello.
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